20 de Septiembre de 2021

Propósitos comunes

Los grandes retos que afronta la humanidad, de los cuales no somos ajenos, demandan que las sociedades los afronten de manera erguida, creativa, generosa y solidaria.

La aprobación de la Ley de Inversión Social, que fue punto de quiebre de una gran convulsión social, es un ejemplo de ello ya que en su nueva formulación y trámite el país dio un ejemplo de pensar y actuar con grandeza.

Esto no es usual y la mezquindad que a veces nos agobia, la capacidad de autoflagelarnos y desconocer nuestros méritos, opacan los logros de nuestra sociedad. Un estado de cosas que nos impone el reto de actuar con base en propósitos comunes para que nuestro país supere las actuales dificultades.

Ronald Heifetz, director-fundador del Centro para el Liderazgo Público en la escuela de Gobierno Kennedy de Harvard, hace una célebre analogía para describir lo que promueve en su teoría de liderazgo.

Dice que, cuando estamos en crisis, es necesario salir de lo que ejemplificó como el ‘salón de baile’ y subirnos al balcón para poder tener una vista panorámica de lo que está ocurriendo al fragor del momento, interpretarlo y de manera resiliente diseñar acciones para seguir adelante.

La Ley de Inversión Social permitió superarnos y convertir la crisis en una gran oportunidad, un ejercicio de liderazgo colectivo que demostró que sí es posible remontar nuestras dificultades para generar soluciones en dos metas primordiales: continuar con los programas de apoyo social y disminuir el déficit fiscal.

Este espíritu propició que por primera vez la totalidad de los gremios que hacen parte del Consejo Gremial Nacional apoyaran por unanimidad la reforma más allá de la tradicional adopción de consensos mínimos, no obstante los desafíos que ha traído una pandemia que ha golpeado de manera drástica los ingresos de los empresarios.

El camino recorrido fue remontar las diferencias para poner en primer lugar las necesidades del país en su conjunto, de los jóvenes y los hogares más desfavorecidos, para que sea el sector empresarial el que más aporte al equilibrio social y de las finanzas públicas en estos tiempos difíciles.

Mirar las necesidades del país en su conjunto, y no solo las sectoriales, es el camino que estamos recorriendo para afrontar esta crisis.

También, aportar a la formalidad empresarial y laboral, esenciales para romper los diques que impiden un crecimiento sostenible y mayor bienestar social. Y mirar al país en un contexto internacional, en donde las señales que se envíen sean las correctas para la atracción de inversión e impulsar los negocios, esenciales para generar ingresos y empleo.

Nuestra invitación es a construir entre todos una Colombia con esperanza, que sepa aceptar lo bueno que tiene, que trabaja unida en las soluciones, en donde la capacidad de pensar con grandeza sea la que impulse las voluntades y en donde la fortaleza que están demostrando los empresarios sea el mayor impulso para el optimismo.

Sin duda, seguiremos generando empleo y equidad, nuestros principales desafíos, apalancados en principios de valor compartido y responsabilidad social empresarial. Lo que vendrá es mejor porque nuestro país tiene múltiples expresiones de liderazgo colectivo que son las que nos inspiran todos los días.

Julián Domínguez Rivera

Presidente de Confecámaras y del Consejo Gremial Nacional

Tomado del diario Portafolio.

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