“Siempre se ha hablado de ser la mejor empresa del mundo, pero nosotros queremos ser ahora la mejor empresa para el mundo". Quien afirma esto es Carlos Enrique Cavelier, Presidente de Alquería, en entrevista con Portafolio, al narrar cómo su compañía adoptó un modelo de gestión conocido como Empresa B, que implica un compromiso con el cuidado del medio ambiente, el aporte a las comunidades y el bienestar de sus trabajadores.
Sin duda, un objetivo esencial en momentos en el que cambiar el ‘chip’ en la relación de empresas y ciudadanos con el entorno no es una opción, sino una obligación.
Hace tres semanas la ONU publicó un informe que evaluó cómo las emisiones de gases de efecto invernadero podrían quebrar un límite clave de la temperatura global en una década. Dice también que es altamente probable una subida del nivel del mar de 2 metros a finales de este siglo.
Este histórico informe sobre el cambio climático fue calificado como una ‘alerta roja para la humanidad’ por el secretario general de la ONU, António Guterres. Las consecuencias ya se ven en las cada vez más intensas temporadas de huracanes en el Caribe, que sufrimos con el huracán Iota en Providencia.
Otros de estos potentes ciclones, Ida, provocó inundaciones sin precedentes en Nueva York, generando al momento de escribir esta columna al menos 41 muertos. “Era como vivir en la selva, como la lluvia tropical. Increíble. Todo es tan extraño este año”, dijo un habitante de esa ciudad citado por un medio local.
En La Mojana, donde se unen los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba, miles de familias viven una nueva emergencia al romperse un jarillón o barrera sobre un río Cauca desbordado por las intensas lluvias.
Un panorama complicado que nos lleva a preguntarnos qué podemos y debemos hacer para aportar a la conservación del medio ambiente. Hay acciones de orden macro que corresponden a compromisos entre las naciones, pero también en el plano micro, en nuestro día a día y entorno, hay retos inaplazables.
Afortunadamente, en Colombia muchas empresas de todos los tamaños han entendido estos retos y están avanzando hacia acciones que se denominan de valor compartido y de responsabilidad social empresarial.
En este sentido, un impulso fundamental en esta vía es el modelo Sociedades BIC o de Beneficio e Interés Colectivo, impulsado por el Gobierno del presidente Iván Duque, que reconoce en las empresas un importante actor de bienestar para la sociedad, al adoptar un propósito social y ambiental a través de cinco dimensiones: modelo de negocio, gobierno corporativo, prácticas laborales, prácticas ambientales y prácticas con la comunidad.
Las Cámaras de Comercio brindan asesoría a las empresas para adoptar dentro de su razón social el modelo BIC, con lo cual acceden además a beneficios como puntajes especiales en convocatorias y condiciones especiales en líneas de créditos de Bancóldex.
Ya son 606 empresas del país que se han convertido al modelo BIC y esperamos que sean muchas más, para generar un círculo virtuoso en donde el lucro, esencial para el crecimiento empresarial, no sea el fin sino el medio para alcanzar propósitos superiores.
Presidente de Confecámaras y del Consejo Gremial Nacional
Tomado del diario Portafolio.